jueves, 4 de abril de 2013

La Gran Final


 
Tras esta jornada de Champions League, fantástica cómo todas, merece la pena recordar la que para muchos, es la mejor final de la historia.

El 26 de Mayo de 1999 en el Camp Nou de Barcelona, se enfrentaban dos colosos del futbol europeo, el Manchester United y el Bayern Munich, tratando de alzarse con el título, y así conseguir el ansiado triplete, ya que ambos ganarían la Liga y Copa en sus países. Pero solo uno lograría alcanzar la gloria de la victoria.

Los dos equipos contaban con bajas sensibles para la Final, Lizarazu y Elber por parte del Bayern, mientras que Alex Ferguson no podía contar con Berg, Roy Keane ni Paul Scholes, de modo que los onces titulares quedaban así:



El partido, dirigido por el Italiano Pierluigi Collina, se puso, desde el inicio, de cara para el conjunto Alemán, ya que una falta cometida por Ronny Johnsen sobre Jancker, en el minuto 6, fue convertida en gol por Mario Basler, con un magistral libre directo. El resto del primer tiempo, el Manchester se hizo con el control del balón, pero no lograba inquietar demasiado la portería de Oliver Kahn, viéndose superado en el centro del campo dónde notaba demasiado sus ausencias. Creando el Bayern el peligro a la contra.

El segundo tiempo comenzó con el equipo teutón dominando el encuentro y llevando todo el peligro. Ferguson dio entrada a Teddy Sheringham sacando del terreno de juego a Blomqvist, pasando así a jugar con tres delanteros. Pese a ese cambio el Bayern continuaba dominando y pudo sentenciar el partido con un remate de Scholl al palo. En el minuto 81 Alex ferguson gastaba toda la pólvora y daba entrada a Ole Gunnar Solskjaer  por Andy Cole, justo después, Carsten Jancker  tuvo el partido en sus botas cuándo su remate de chilena se estrelló en el travesaño.

Llegado el minuto 90, el equipo Alemán saboreaba el triunfo, su entrenador Ottmar Hitzfeld se veía ya campeón cómo dos años atrás con el Borussia Dortmund. El árbitro indicó que serían tres los minutos de añadido, cuándo el Manchester lograba un córner a su favor, David Beckham buscó un centro preciso a la cabeza de Peter Schmeichel, que sin nada que perder había subido al remate, el Danés no consiguió cabecear el balón, pero tras varios rechaces la pelota llegó a Teddy Sheringham, que la empalmó al fondo de la red en el minuto 91.

La alegría estalló entre los diablos rojos que habían forzado la prórroga, en un partido que tenían casi perdido. Con la alegría del empate, tras el saque de centro del Bayern, el equipo Inglés robó la pelota y forzó un nuevo saque de esquina, los nervios se apoderaban del equipo Bávaro, muy tocado tras el gol del empate. Otra vez la diestra de Beckham ponía el centro, esta vez para que Solskjaer, tras tocar Sheringham de cabeza, rematara el balón a gol. 

Un gol que daba la gloria a los Red Devils, una gloria inesperada, que enloquecía de felicidad a los ingleses y dejaba desolados a los jugadores alemanes, en unas imágenes que han pasado a la memoria de todos los aficionados al futbol y de todos los que vimos esa final y no podíamos creer lo que había ocurrido.





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